27 de julio de 2008

Ira

Ganas de matarte tenía.
Pero no podía, no quería.

Simplemente me di cuenta de lo que quizas no me queria dar tanta cuenta, pego exactamente los mismos estruendos que ELLA, no me escucho, pero son iguales, no me importó su amiga, no me importó nadie, solo importaba esa situación boluda, Tal como a ELLA le sucesedia. Ahora la entendía, va, no, no la entendía estaba viviendo lo mismo que ELLA, y lo lamentaba, no quería eso para mi, ni para nadie, y menos para que alguien lo viva al igual que ahora donde mi hermana lo sufría devuelta pero desde la voz otra persona, de parte de otra persona, osea, yo.
Te tiraba de los pelos, te rasguñaba, pensaba rapido, simplemente quería escuchar un tenés razon, o un algo, quería descargar eso que llamaré Ira. Pero no se iba, finjí una llamada y eso me quito de la situación por algunos segundos para solo pensarlo, aclararlo, y obviamente, solucionarlo. No quería nada de esto, no lo había pedido, no lo deseaba, solo quería que esta pesadilla se acabara. Volví, tratando de a cada paso tranquilizarme, no lo conseguí por completo, pero lo que pude hacer en ese momento, basto, fue lo suficiente, para aclarar las cosas, y por fin dar una solución. Te pedí perdón y todo habia acabado, aunque un sentimiento de culpa, todavía me inundaba con profundos pensamientos.
Solo quería pedirte perdón, no te merecías todo lo que me ocurrió a mi, toda esa impotencia, esa ira, esa enfermedad, que por cierto todo eso era MIO.
Te amo, y perdoname hermana.
Sinceramente, Mailén Anabela.

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